Arte Puro

Principio de la estética idealista presentado en contraposición a la exigencia realista de que el arte posea un contenido ideológico y un espíritu de partido (Espíritu de partido en el arte). Sus fuentes teóricas se remontan a la tesis de Kant sobre el desinterés del juicio estético por lo práctico. Alcanza su máxima difusión en los siglos XIX-XX, cuando los estetas burgueses, en lucha contra el realismo, abogan decididamente por el “carácter de fin en sí mismo” intrínseco al arte, por su “carácter absoluto”, pretendiendo que el arte está sólo al servicio del puro goce estético.













 La negación del significado cognoscitivo del arte, de su valor ideológico y educativo, así como de su dependencia respecto a las necesidades prácticas de la época, lleva inevitablemente a afirmar la “libertad” del artista frente a la sociedad, su irresponsabilidad total ante el pueblo, es decir, lleva al individualismo extremo. Antes de la revolución de 1917, bajo la consigna del “arte puro” se manifestaban en Rusia los representantes de agrupaciones artísticas como “El mundo del arte”, “La rosa azul”, “La sota de oros” y otros. Con sus declaraciones sobre el “arte puro”, sobre un imaginario apoliticismo, el arte burgués encubre su orientación reaccionaria. A la falaz consigna burguesa de la “independencia” de la literatura respecto a la sociedad y a las falsas concepciones del “arte por el arte”, los artistas soviéticos oponen sus principios ideológicos de servicio a los intereses del pueblo y del comunismo.

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